Cómic y Novela Gráfica en la Feria del Libro de Valencia.

3 mayo, 2014
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El pasado día 1 de mayo, dentro de las muchas actividades que ofrece la 49ª edición de la Fira del Llibre de València que se celebra estos días, tuvimos la oportunidad de asistir a una mesa coloquio protagonizada por los autores de cómic Sento Llobell, Miguel Ángel Giner y Nacho Casanova y moderada por Álvaro Pons. En ella se abordó el término “novela gráfica” y los efectos que la incursión de este formato, el cual ha adquirido gran popularidad en los últimos años, está teniendo en la industria del cómic y entre los agentes que la integran.
Nos gustaría compartir con vosotros algunos de los comentarios que recogimos a lo largo del debate que nos parecieron muy enriquecedores y que ayudan a entender la visión de los dibujantes.

Aunque acuñar el término novela gráfica pueda parecer simplemente la necesidad de generar una nueva terminología, para algunos un tanto pedante, lo cierto es que ha tenido dos efectos ya muy visibles:
Por un lado es una forma de diferenciar este tipo de cómic de las antiguas revistas. Llevarlo a un formato libro ha permitido su entrada en las librerías y grandes superficies en las que el cómic no tenía cabida.
Por otro, a los no lectores habituales de cómic, les ha facilitado el entender que se trata de un formato de lectura para adultos y no sólo para un público infantil o adolescente.

Como anécdota nos cuentan algunas de las conversaciones que han tenido durante las firmas de sus obras, donde muchos compradores les confesaban que era la primera vez que compraban un cómic y que lo hacían atraídos tanto por la temática como por ese “aspecto de libro”.
La segunda ventaja destacada ha sido que desaparece la limitación en el número de páginas, la cual permite al autor abordar de forma más extensa aquellos temas o historias que quiere plasmar. Si bien es cierto que esto atrae más a guionistas, ha permitido que nuevas ideas y contenidos surjan gracias a este formato, los cuales a través la historieta corta, no hubieran sido posibles.
Esa ruptura del concepto del cómic como vehículo para el humor o las historias infantiles ha provocado también un cambio en los medios de difusión, quienes vuelven a sentirse interesados por hacerse eco de esas obras en sus espacios culturales. El dibujante, a través de charlas, salones, entrevistas y eventos se convierte en el mejor embajador de su obra.
Sin embargo la queja viene porque, al estar de moda, las editoriales sólo buscan trabajar este formato, lo cual ha hecho que se pierda el oficio del dibujante de tebeos. Aquel dibujante que podía vivir de entregar sus 4 u 8  páginas para publicaciones con elevada rotación y de carácter mensual, y que le aportaban una constante fuente de ingresos, ya casi no existe.
Ahora está muy bien disponer de 100 páginas en las que contar una historia, pero lo cierto es que el autor necesita tiempo para dibujarlas y no verá su trabajo retribuido hasta pasados muchos meses.
Además, dado que el mercado de lectores de cómic en España es muy pequeño y está muy atomizado ante la enorme oferta de títulos que se le ofrece, las tiradas son muy pequeñas.
En conclusión, para un autor es difícil vivir exclusivamente de su trabajo como dibujante de cómic.

Por último los tertulianos abordaron el tema de los nuevos soportes digitales, los cuales están teniendo un éxito dudoso. Si bien es cierto en que todos coinciden en que lo digital ha venido para quedarse, y más entre las generaciones de nativos digitales, también están de acuerdo en que se necesita otra fórmula que vaya más allá del simple “adaptar el cómic a la pantalla”, ya que las tablets no permiten mantener el ritmo de lectura que aporta el papel. Nos explicaban que cuando un autor hace una composición de página, lo hace pensando en el impacto visual que esta va a tener, por lo que ciertos recursos naturales como la elipsis que se produce al cambiar de página o el efecto de una doble página se pierden cuando la tablet te obliga a pasar por una lectura lineal, casi viñeta por viñeta.
Menos Álvaro Pons, quien confesó haberse pasado a la tablet sin problemas, animado por la falta de espacio en su casa y el peligro de que la estructura del edificio ceda ante el peso de tanta “novela gráfica”.