Biografía de Mies van der Rohe

19 febrero, 2022
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Nacido en la ciudad alemana de Aquisgrán en 1886, hijo de canteros y marmolistas, pronto desecha continuar en el negocio familiar para emigrar a Berlín buscando una formación a través de diversos trabajos relacionados con la arquitectura. Con veinte años recibe su primer encargo para una casa de fin de semana –la casa Alois Riehl, 1906-1907- y, apadrinado por sus dueños, se convierte en uno de los arquitectos predilectos de la burguesía alemana.

Transcurrida la Gran Guerra, en la que Mies participa en labores de retaguardia, regresa a casa y, como otros artistas coetáneos, reniega de los valores artísticos previos al conflicto mundial y participa de las nuevas vanguardias. Rompe sus antiguos proyectos e, influenciado por el constructivismo de obras pictóricas como las de El Lissitzky, Piet Mondrian o Theo van Doesburg, o movimientos como el Dadá, inicia un camino de experimentación formal plasmado en proyectos rompedores. A tanto llega esta ruptura que destruye sus trabajos previos de los que abjura; adorna su apellido –ya que en alemán el apellido Mies admite las traducciones de “pobre”, “despreciable”, e incluso “piojoso”- con el Rohe de su madre al que añade el “van der” previo; e incluso –y esto es más reprochable- abandona a su mujer y sus tres hijas.

De esta etapa, junto a su socia y amante, la diseñadora Lilly Reich, llega a construir dos de sus obras europeas más emblemáticas: el Pabellón de Alemania para la Exposición de Barcelona (1929) y la villa Tugendhat (1929-1930) en Brno, la antigua Checoslovaquia. Y, en esta misma etapa, juntos diseñan su mobiliario.

Con un horizonte en el que asomaban los nubarrones del totalitarismo político, Mies asume en 1930 la dirección de la escuela de diseño Bauhaus por elección directa de su primer director, Walter Gropius. Todo con la idea de salvar la institución del cierre por las presiones de los nazis. Mies depura la institución pero tiene que trasladarla de su segunda sede, Dessau, a Berlín. Y aún así acaba cerrándola por las presiones de la Gestapo en 1933.

Mies van der Rohe en el Pabellón de Alemania, en la Exposición Universal de Barcelona de 1929

Pese al ascenso de Hitler al poder, Mies hace honor a su voluntad férrea de construir, cueste lo que cueste, caiga quien caiga por el camino, lo que le lleva –pese a considerarse apolítico- a firmar un manifiesto a favor del régimen totalitario nazi. Tal vez con la esperanza de conseguir algún encargo institucional que nunca llega. Cuando tiene la posibilidad real de trabajar en Estados Unidos y la oferta de dirigir la cátedra de Arquitectura del Ilinois Institute of Technology (IIT) de Chicago se hace firme, sólo entonces, Mies abandona Alemania en 1938, dejando allí a su familia y a su socia Lilly Reich. Una nueva ruptura.

Instalado en Estados Unidos, inicia su etapa americana limitada por las carencias de la 2ª Guerra Mundial. Y goza de la autonomía y la libertad creativa que siempre busca en su vida personal. Acabada la guerra, sus proyectos se materializan en pequeñas obras como la célebre casa Farnsworth (1945-1951) o bloques de edificios como las que logra levantar con el promotor Herbert Greenwald. A lo que se suman los encargos del Plan de Ordenación del campus del IIT (1939-1941), junto con algunos de sus edificios más característicos como el Crown Hall (1950-1956), y obras tan fundamentales como el Seagram Building de Nueva York (1954-1958) y las numerosas versiones de éste a través del Federal Center (1959-1964) y el IBM Building (1966-1969) de Chicago, y el Toronto Dominion Center (1963-1969).

Finaliza su carrera en vida volviendo a la Alemania dividida de postguerra para levantar en el Berlín Occidental la Nueva Galería Nacional (1962-1968). Quizá lo más cercano a una catedral que nunca llega a construir.

Os invitamos a leer aquí las primeras páginas del biocómic MIES realizado por Agustín Ferrer Casas donde descubriréis mucho más sobra la vida y obra de este emblemático arquitecto.