CARGAD MALDITOS

Cargad malditos es un cómic sobre La batalla de las Navas de Tolosa desde el punto de vista de los tres Reyes cristianos que lucharon en ella. Un cómic de Javier Ara que sorprende en cada viñeta. Permite que te hable un poco más sobre sus protagonistas.

Sancho, el rey de Navarra, no quiere ir a la cruzada. Su reino está lejos de esas tierras, embolsado entre Los Pirineos y los reinos de Aragón y Castilla. No siente la urgencia de ir a combatir contra el imperio almohade. Además, su mayor enemigo es Alfonso el rey de Castilla, que con diferencia es con quien más ha batallado y con quien más ha perdido. Su reino está en decadencia y cree que necesita un golpe de fuerza que haga revertir la situación. Y si ayuda ahora a Alfonso a ganar la guerra su desventaja frente a los otros reinos se acrecentaría aún más.

Pero Sancho es empujado a luchar por el propio Papa, así que va a la guerra simplemente por cumplir y en un principio no va a querer comprometerse tanto como los otros Reyes. De ellos, es el más prudente.

Pedro es el rey de Aragón, es el más joven e impetuoso de los tres Reyes. Siempre empujando a los demás a continuar en los momentos de duda. Se presenta como un gran paladín de la Fe, un soldado de Cristo que fue enviado por el mismísimo Papa para acabar con el infiel. Dice que no teme a la muerte ni al destino incierto, ya que su fé es inquebrantable y que por muy mal que se le presente la lucha, Dios resolverá a su favor pues lucha por la cristiandad.

Pero su verdadera motivación es más prosaica. Su reino está quebrado. Esta vez esperado porque necesita oro para resolver los problemas que tiene en los condados Cátaros. Enfrentarse con Al-Nasir y conseguir un buen botín de guerra es la única posibilidad que ve a corto plazo para sanear su tesorería. Por ello no puede irse de esta aventura con las manos vacías.

Alfonso es el rey de Castilla, el promotor de esta cruzada. Ha financiado la campaña y convencido al papá de que llame a armas a todos los Reyes y caballeros de Europa para luchar contra el infiel. Porque sí Castilla cae Al-Nasir no se te detendrá allí y continuará con su avance hasta conquistar la misma Roma. Es un rey vehemente de fuerte carácter y totalmente convencido de que solo se puede parar a los Almohades en el campo de batalla.

Pero Alfonso tiene una gran herida del pasado. Años atras sufrió una importante derrota en La batalla de Alarcos frente a los mismos Almohades debido a un excesivo ímpetu guerrero. Ahora es el rey que más duda pues no quiere ser tan imprudente como Pedro, ni retirarse como prefiere Sancho. Está en medio de los dos buscando esa situación perfecta en la que atacar, pero esta nunca llega.

ES LA HORA DE ACTUAR

Salvatierra, el último castillo de la cristiandad (que hacía frontera con el imperio almohade) ha sido conquistado. Este hecho increíble para muchos, hace que Roma llame a la cruzada. Hay que detener a toda costa a Al-Nasir. El papá pide a los Reyes hispánicos para que dejen sus disputas domésticas y se lancen a luchar contra la amenaza almohade.

Sancho, el rey de Navarra, es el último en llegar. En un primer momento no quiso responder a las llamadas a la guerra Santa, pero después de que el papá le apretase las tuercas decide sumarse a la campaña a regañadientes. Pero esta no va tan bien como se esperaba, pues Al-Nasir no aparece. Un tercio de Los caballeros cristianos han desertado y el ejército se ha internado tan adentro del territorio enemigo que las líneas de avituallamiento se están empezando a romper.

Alfonso, el rey de Castilla, buscó a Al-Nasir para decidirlo todo en batalla pero éste se esconde en Sierra Morena. Ir tras él sería un suicidio. Cruzar la Sierra rompería definitivamente las líneas logísticas y quedaría a merced de su enemigo. Resignado y en cierta manera empujado por Sancho decide no arriesgarse tanto y cancelar la cruzada. Reconquistarían al menos un par de castillos y los reforzarían por si Al-Nasir decide regresar.

Pero es Pedro, el rey de Aragón, el que empuja al Rey Alfonso a seguir. Marcharía dentro de la Sierra Morena y que fuese lo que Dios quiera. Sancho por supuesto se niega, pero Alfonso acepta el reto levantan el campamento y comienzan a ascender.

Pasado el pico de la Sierra avistan el enorme Ejército de Al-Nasir esperándoles Valle abajo. Es una visión sobrecogedora. La situación es delicada pues están atascados. Al frente solo pueden ir por una garganta estrecha y el enemigo les emboscarían con facilidad. Si se quedan allí morirán de hambre y sed ya que las líneas de abastecimiento han sido cortadas y si se retiran ya no habrá posibilidad de victoria.

Serían un Ejército con poco fuelle y menos vigor, tratando de volver enteros a Toledo sin orden ni concierto. Acabarían siendo cazados uno a uno por la caballería ligera mora.

En este ambiente los roces entre los Reyes echan chispas. Sancho aclara que cuando pueda se larga. Pedro lo llama cobarde. Este le insta a que cierre la boca, ya que parte de la financiación que tiene Aragón es por parte de Navarra. Empieza a verse de qué pie cojea cada uno.

Alfonso no quiere retirarse pero tampoco bajar a tumba abierta por la garganta de la Sierra para ser cazado por los arqueros de Al-Nasir. Todo parece encallado.

Pero algo sucede.

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