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SANTA FAMILIA

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Nuestros amigos, nuestra forma de vida, la ropa, la música… son cosas que elegimos. Pero la familia es algo que nos viene impuesto de nacimiento.
Nora, sin embargo, rompe con esa norma.
Hace tiempo que guarda un secreto y ha llegado la hora de desvelarlo, provocando que se tambalee su institución sagrada. Su santa familia está a punto de volar por los aires.
Pero si algo te enseña esta historia es que se necesitan pequeñas revoluciones para que todo vuelva a estar como antes.

Este cómic fue galardonado con el Premio Euskadi de Literatura 2018 en la categoría Literatura infantil y juvenil.

Cómic de 48 páginas. 23 x 31 cm.
Color. Cartonée
ISBN: 978-84-124845-0-2

Si compras SANTA FAMILIA en nuestra web, te lo mandaremos junto a una lámina y un marcapáginas de regalo.

Te presentamos Santa Familia, un cómic familiar fuera de lo común .
Eider Rodriguez nos presenta a una familia. Podría ser la tuya o la mía. Tan normal como cualquier otra, si es que alguien se atreve de definir qué es lo “normal” en una familia. Grosso modo tenemos los ingredientes básicos: los progenitores, su descendencia y la relación entre ellos. Cada uno con su personalidad, sus manías, sus inquietudes, sus intereses, sus ambiciones y sus deseos…

Nora, la hija adolescente se encuentra en ese momento vital en el que todos buscamos iniciar nuestro propio camino. Salir de esa burbuja segura, pero asfixiante que puede ser la familia y comenzar a vivir nuestra propia vida, empezar a saborear nuestras propias experiencias desde nuestras decisiones.

Qué difícil es el salto de la adolescencia a la madurez. Supone una ruptura, una auténtica revolución en la parece que rompemos nuestros lazos con nuestros orígenes, pero que, solo es el paso natural a un nuevo status quo en el que ya no somos solo padres e hijos, sino personas.

Eider Rodriguez nos regala una historia de cariño, conflicto y decisiones. Original y sorpresiva.
Julen Rivas le da vida con un dibujo expresivo y preciosista. Un dibujo lleno de ritmo y unas acuarelas impresionantes.
En cuanto te sumerjas sus páginas, no podrás despegar tus ojos del cómic hasta llegar la viñeta final.

Supongo que te has dado cuenta que nos ha encantado esta historia y que queremos que la disfrutes tanto como nosotros. Así que…

Recibirás el cómic con estupendos regalos.

LÁMINA A5 CON UNA PRECIOSA ILUSTRACIÓN DE JULEN RIBAS

La santidad de la familia, todos entendemos a qué nos estamos refiriendo. La familia, al igual que cualquier religión, está integrada por unos miembros que forman una comunidad, con una jerarquía y unas normas de convivencia. Pero llega un momento en el que cuando los hijos van camino a su madurez, comienzan a cuestionarse si las normas de su familia pueden ser mejorables o adaptables a otras formas de pensamiento. Y como ocurre siempre que se tocan los cimientos de una creencia o una civilización, surge el conflicto, y de ese conflicto puede venir una ruptura, pero en el caso de la familia esa ruptura no es un cisma, no es una separación definitiva. Ese vínculo que podríamos llamar “sagrado” sencillamente evoluciona y se transforma en otro tipo de familia, pero es cierto que el proceso siempre resulta disruptivo y en ocasiones es difícil volver a encontrar el equilibrio.

De ahí está ilustración que evoca el paralelismo de la religión y la familia.

EXLIBRIS EN LA PECERA

Todos hemos sentido en algún momento de nuestra adolescencia que estábamos atrapados, bajo el techo de nuestros padres, con sus normas y sus reglas y con ganas de ser completamente libres para tomar nuestras propias decisiones. Sin duda, con el paso de los años todas esos sentimientos los entendemos de una manera más adulta y con la distancia que da el paso de los años y tantas experiencias vividas. Pero eso no cambia el recuerdo que tenemos, ni hace menos auténtica la sensación que tuvimos de necesitar salir del nido, o como en el caso de Nora, tener que salir de la pecera. Un punto de inflexión en nuestras vidas que marca un antes y un después, como este marcapáginas.

¿Quién mejor que Eider Rodriguez, la guionista de SANTA FAMILIA, para hablaros de lo que para ella ha significado escribir esta historia?

La familia es una cantera tremenda, tenía ganas de pegarle con el pico, a ver qué salía. La familia es un Estado, pequeño y accesible, con sus normas y sus autoridades, sus límites, sus costumbres y folclore, sus conflictos y treguas, sus religiones, sus constituciones, su historia y proyectos de futuro, sus injusticias y épicas, su propio relato… La familia tiene un sistema propio para vivir y sobrevivir.

Esta que hemos creado está formada por tres miembros: Sorkunde, la madre; Teodoro, el padre y Nora, la hija. También tienen una mascota que anda a su aire.

La historia se sitúa hoy en día, en Donostia. Sorkunde, nacida allí, es dietista de profesión y profesora de catequesis en su tiempo libre. Teodoro, nacido en Guinea, emigró al País Vasco de muy jovencito, y electricista de profesión, sueña con ser ingeniero. Tienen una hija, Nora, la adolescente nadadora, atrapada en su época y en esa edad fatal en la que hay que decidir qué hacer con la vida y en la vida.

En este cómic, como en muchas casas, chocan dos estados: por un lado, el de la adolescencia, por otro, el de la maternidad y el de la paternidad.
La adolescencia la encarna Nora. Se trata de una enfermedad, como sabéis. Una época de enajenación. Fijaos cómo están los adolescentes en los locales, deprimidos; en los videojuegos, encolerizados; en los conciertos, endemoniados; a menudo, simplemente están, a la espera de que la moda les clone; hay jóvenes que se echan a dormir y en vez de dormir hibernan; o cuando hablan del futuro, se convierten en filósofos con acné; perdido el control sobre el cuerpo, se transforman día a día y en ese nuevo caparazón deben encontrar su nueva morada… Desde este nuevo cuerpo tendrán que mirar al mundo, a pesar de que el mundo, en adelante, no verá más que el contenedor del nuevo cuerpo.

Y esas malditas preguntas… quién soy, quién quiero ser, adónde voy… Así está Nora, incapaz de escapar de la condena que arrastra su nombre, ya que en vasco, Nora significa Adónde. La adolescencia es el momento de tomar decisiones, decisiones reales. Se fue la época en la que las decisiones eran tomadas por otros y la propia identidad estaba en manos ajenas. Se acabó. Y la asfixia de esa seudo-libertad. Y el miedo a esa asfixia. Y la parálisis que conlleva el miedo. No es una época dulce. Y alerta: según la Asociación Mundial de la Salud, uno de cada cinco habitantes del mundo es adolescente. Estamos rodeados. Nos tienen asustados. Pero qué entrañables son a la vez…

Al igual que todos llevamos al niño que fuimos dentro, también llevamos a aquel adolescente asustado o trash que fuimos. Este cómic quiere invocarlo. A la pureza que encierra su terrible belleza. Los adolescentes, de manera soterrada, representan una cierta esencia, el núcleo íntimo y auténtico de uno mismo. Pero si los adolescentes son temibles para alguien es para sus padres. En ese lugar donde se cruzan el mundo y el segundo se desata el terror. La ecuación padres más adolescente suele tener un resultado pésimo. Y ahí entran en juego Sorkunde y Teodoro, el mando y el timón, los dioses fundacionales, con sus proyecciones, sueños, vergüenzas, y locuras.

Esta Santa Familia guarda un secreto. Está depositado en Nora, quien harta, decide desvelárselo a su padre y a su madre. Y ahí se produce la explosión, el boom, la familia aparentemente estable e indisoluble se quedará patas arriba y con el culo al aire. Tendrán que reinventarse, cada uno por su lado, rota la santa trinidad, pero sin poder escapar de los límites del triángulo.

¿Alguien ha respondido alguna vez a la pregunta de por qué quiso traer hijos al mundo? ¿Y alguien ha preguntado alguna vez con acierto a alguno de estos hijos por qué vinieron al mundo? ¿Por qué decide alguien ser madre o padre? Tiene una respuesta difícil, pero todavía es más difícil responder a la pregunta de por qué decide alguien ser hijo o hija.
Me parece que ambas son preguntas que se deben hacer. Y que merece la pena intentar una respuesta.

En cualquier caso, no creáis que se trata de una historia escrita con angustia. Hemos afrontado esta tarea sin drama y supuestamente con humor, no sé si lo hemos conseguido.
Para mí ha sido un placer trabajar con Julen. Normalmente, los escritores trabajamos en solitario y en soledad. Y en este sentido, ha sido una experiencia luminosa y alegre trabajar al lado de este tipo, y no es ninguna tontería, porque creo que ha dejado huella en el resultado, huellas de luz y alegría. No ha parado de añadir detalles que han sido importantes en la narración. Ha sido todo un placer colaborar con él.

Eider Rodriguez